Comunicado de la JPR en el 25 de mayo

NUESTRO MAYO, EL DE LA REVOLUCIÓN

Aquel 25 de mayo de 1810 los pueblos del Virreinato del Río de la Plata decidían comenzar un largo camino que buscaba terminar con el absolutismo español en estar tierras. Los hombres más lúcidos de esa gesta como Moreno, Castelli, Belgrano (inmediatamente después en misiones), French, Berutti en Buenos Aires, Artigas en la Banda Oriental (actual Uruguay), Güemes en Salta, lucharon a lo largo de mas de una década para imponer el proyecto de la América profunda, de los gauchos y los campesinos. Los caballeros de frac y bastón, como Rivadavia y los decentes señores unitarios terminarían por apropiarse el frente que había dado la pueblada de 1810.
Pero estos vientos de cambio no se hacían sentir solamente en el Río de la Plata. Casi todas las tierras de la Iberoamérica comenzarían sus propios procesos revolucionarios. Así lo haría México, Caracas, Bogotá, Cartagena, Chile, que con escasos años de diferencia irían formando Juntas Populares, desplazando a la ya carcomida autoridad virreinal. No sería la última vez que nuestra América Latina se movería al mismo compás…

Aquel 25 de Mayo de 1973 asumía la presidencia de la Nación Héctor Cámpora. Tras 18 años de proscripción del Peronismo, y tras la gloriosa Resistencia que habían iniciado los trabajadores de nuestra Patria y a la cual se habían sumado amplios sectores de la juventud y clases medias, nuevamente el pueblo lograba conquistar el poder. En esta jornada ya no se veían los paraguas como en aquella plaza de 1810, sino bombos y banderas con consignas Revolucionarias. Ya no había unos cientos de personas, sino un pueblo entero que se había volcado de lleno en esa histórica jornada de júbilo popular. El pueblo nuevamente se organizaba para desplazar un gobierno usurpador y para establecer un gobierno legítimamente popular. Nuevamente nuestra América Latina marchaba al ritmo de los pueblos. Habiendo avanzado a pasos agigantados en la construcción de una nueva sociedad. Bolivia con el general Torres, Perú con sus militares nacionalistas, la Unidad Popular en la Chile de Allende, la inclaudicable Cuba de Fidel, los Tupamaros en Uruguay. Pero las fuerzas de los EE.UU. y los poderes económicos más concentrados de los países decidieron a sangre y fuego poner fin a esta experiencia tumultuosa de los pueblos de la América Morena.

Aquel 25 de mayo de 2003 asumía la presidencia de la Nación Nestor Kirchner.
Luego de casi 30 años ininterrumpidos de políticas represivas y antipopulares, con diseños económicos neoliberales como el imperialismo imponía por toda nuestra Patria Grande, y que sus servidores locales de facto o "democráticos" aplicaban con rigor. Con sus lógicas consecuencias devastadoras de hambre, miseria, desempleo creciente, destrucción del Estado, de la industria y de toda posibilidad de construcción popular.
Aquel día la plaza no lucia el fervor de 1973, ni la bronca de 1810. Era una plaza con algunas esperanzas y muchos interrogantes. Nadie sabía con certeza que podía pasar a partir de esa fecha. Ante la sorpresa de muchos, se empezó a transitar un camino que pocos habíamos esperado pero por el que mucho habíamos luchado.
Se empieza a aplicar, en muchos aspectos, una política de Derechos Humanos que siempre habíamos reclamado, se remueve la Corte Suprema, se nacionalizan las ondas radioeléctricas y el astillero Tandanor se recupera el Correo y Aguas Argentinas, se bajan los niveles de pobreza y desocupación, se rechaza el ALCA y se da un giro en política exterior hacia América Latina, se firman acuerdos estratégicos con la Venezuela de Hugo Chávez, se impulsa la industria y se abre la posibilidad de volver al sistema de jubilaciones de reparto, entre otras medias positivas.
Claro está que no todo lo que brilla es oro, como dice un refrán popular. Las cuentas pendientes son muchas, empezando por la distribución del ingreso, que aún sigue beneficiando a los que
mas tienen. Pero acá estamos una vez más los trabajadores y trabajadoras de nuestra hermosa Patria. Organizándonos de a poco pero con firmeza para avanzar y profundizar las cosas que no se hicieron: queremos y vamos a disputarle la riqueza a los grupos más concentrados y monopólicos de la economía, queremos la recuperación de los recursos naturales y las empresas de servicios regaladas en los ’90, queremos la universalización de la salud y la educación, queremos que no halla ni un pibe más con hambre en esta tierra de abundancia de alimentos, queremos que los laburantes recuperen las fábricas que los patrones vaciaron y robaron, queremos más…
Y en esta nueva coyuntura histórica nuevamente Nuestra América Latina baila la misma melodía. Algunos dirán que a ritmos distintos, sí: pero baila. Entre fines de los ’90 y los primeros años de este siglo XXI los pueblos se pusieron de pie y se rieron en la cara de los pronosticadores del “fin de la historia”. Dijeron BASTA al Neoliberalismo. Allá en Venezuela Chávez, para estupor de algunos, volvió a poner arriba de la mesa la palabra socialismo. Evo y los campesinos bolivianos comienzan a recuperar para el pueblo los recursos naturales. Los uruguayos demostraron que con lucha y paciencia se puede gestar un amplio frente de los diferentes dejando afuera a los antagónicos. El Sandinismo resurgió y demostró que no está muerto quien pelea. Correa y los ecuatorianos que se cansaron de falsas promesas, ya van por la reforma de la constitución. Brasil con Lula y su histórico PT encabezan la alternativa al neoliberalismo en el país más grande de la región. Y allá en la histórica isla de Cuba, Fidel mira al norte diciendo “ahora no estoy más sólo”. Como dijo el Comandante Hugo Chávez en el acto de Ferro, el genio salió de la botella y no habrá quien lo detenga.

Tres 25 de Mayo con sus diferencias y coincidencias. Tres épocas donde América Latina se movió y mueve en bloque. Una nueva coyuntura histórica que se abre para la patria y que no vamos a dejar pasar, organizándonos para garantizar y profundizar este proceso

25 de Mayo de 2007

JUVENTUD PERONISTA REVOLUCIONARIA – ENVAR EL KADRI
( JPR – EEK )