DESDE DONDE LUCHAMOS:

Somos la Juventud Peronista Revolucionaria Envar El Kadri y formamos parte de la Agrupación Envar El Kadri - Peronismo Revolucionario.
Concebimos este espacio estratégico de lucha, en el marco del apoyo al presidente de la República Argentina Néstor Kirchner y a los procesos populares encarnados en el comandante Chavez, Evo, Lula, Ortega,Correa y Fidel Castro. Construyendo junto al pueblo una patria para todos y todas. Contra el enemigo principal de adentro y de afuera del proceso en marcha. Desde nuestra história de consecuencia y confrontación contra toda expresión del neo-liberalismo, sin oportunismos. Con la concepción de que solo el pueblo organizado es capaz de derrotar a los grupos concentrados de poder económico y político que han operado sistemáticamente hace mas de 30 años. Engrosando sus bolsillos en detrimento del pueblo Argentino.

CONSTRUIMOS DÍA A DÍA DESDE LA TRINCHERA DE LA PATRIA FUERZA POLÍTICA ORGANIZADA PARA LA REALIZACIÓN DEFINITIVA DE LA LIBERACIÓN NACIONAL Y LA CONSTRUCCIÓN PERMANENTE DEL SOCIALISMO NACIONAL DEL SIGLO XXI.

martes, 4 de diciembre de 2007

Construcción del nuevo Frente Nacional y Popular

Por Dante Rubio
Han aumentado y diversificado los debates y propuestas sobre la reconstrucción o construcción de un nuevo movimiento nacional y popular, de una nueva izquierda y de una nueva centroizquierda, diferenciándose en la actualidad en dos posiciones políticas básicas: dentro del espacio kirchnerista algunas y otras fuera de ese
espacio, con sus diversas fuerzas políticas dentro de cada uno de ellos.
Estas discusiones lógicamente tendrían que remitirse al pasado argentino –principalmente a partir de 1945- para ayudar a tener la mayor lucidez y acierto en el apoyo a la “apuesta política” más probable y cercana de alcanzar en el futuro - en los hechos, y no en las palabras- los mayores niveles de de justicia social para las mayorías populares, de soberanía nacional y de unidad latinoamericana.
Sin embargo en este breve e inicial aporte para la discusión que se viene desarrollando en los distintos ámbitos nos limitaremos principalmente al período que comienza en el 2003, cuando con nuestras particularidades decidimos sumarnos al espacio kirchnerista, a partir de algunas de las realizaciones y posicionamientos del presidente Kirchner y por el muy negativo papel jugado por las diferentes fuerzas opositoras al mismo, y cuando sea imprescindible nos referenciaremos en el pasado lejano y cercano.
Todo ello desde la “óptica” de un peronista revolucionario –como todos en política tienen su óptica- que vivió y asumió desde su condición de aprendiz metalúrgico el nacimiento del peronismo en 1945 como el inicio de un “proceso revolucionario” dentro de las reales condiciones internas y externas que vivía la Argentina. Proceso peronista que ha tenido sus altas y bajas, sus grandes triunfos y derrotas, sus grandes avances y retrocesos, sus grandes héroes ,claudicantes y apóstatas, pero que –DATO FUNDAMENTAL HASTA AHORA PARA HACER POLITICA– pese a la muerte de su líder y a todas esas peripecias y contra la opinión de gran parte de sus opositores , continúa siendo la identidad histórica de la mayoría de los trabajadores y humildes de la patria.
Identidad que es verdad contiene a una amplia y variada franja. Va desde, en algunos, la existencia de un amor incondicional a la “camiseta” que por el peso de la tradición no repara en el breve lapso que hay dirigentes que poniéndose la misma “patean en contra del propio arco” o la usan con oportunismo para mejor lograr sus objetivos personales y de camarilla, , hasta los que luchan inclaudicablemente para recuperar con el pueblo sus grandes realizaciones históricas de 1946-1955 y, luego, alcanzar su objetivo estratégico: la construcción de un socialismo nacional y latinoamericano. Además, hoy más que nunca la realidad demuestra por el distinto encolumnamiento de las bases peronista en varias orgánicas, que Partido Justicialista no es sinónimo de peronismo.

Al formar parte del espacio kirchnerista debemos tener en cuenta el resultado de las elecciones nacionales del 28 de octubre para crecer en el seno de las mayorías populares lo más rápido y fuerte posible. A trazos gruesos: la izquierda tradicional en todas sus variantes troskystas y comunistas concretó una misérrima elección, máxime cuando como pocas veces en su historia y por su frontal posición opositora, aunó durante tan largo lapso sus reiteradas movilizaciones y declaraciones con su difusión por los medios de comunicación de masa especialmente la televisión. Las diversas capas de la clase media en su mayoría votaron contra el kirchnerismo aunque dividiendo su apoyo principalmente entre Carrio y Lavagna. Los trabajadores, desocupados, marginados, por el contrario en mayor porcentaje sufragaron por el kirchnerismo en detrimento de las fuerzas opositoras, entre ellas las que levantaban su identidad peronista –claramente Rodríguez Saa y mas tibiamente Lavagna.

La izquierda argentina.
La izquierda tradicional -para algunos ya anacrónica- continúa con su divisionismo, sectarismo y su inveterada posición desde 1945 de colocarse en la vereda de enfrente de la masa trabajadora, políticas que le siguen dando pésimos resultados en lo político electoral, sindical y capacidad masiva de movilización. Sería de esperar y habría en parte que trabajar para ello, que los sectores juveniles -principalmente estudiantiles- que siguen a esas viejas conducciones con una larga trayectoria de “impotentes políticos”, reflexionen ante esta cruda realidad de mas de 60 años de existencia -sumada al desprestigio de las involuciones de Rusia, China y otras naciones- para buscar otros canales organizativos si en serio quieren participar de transformaciones profundas en Argentina y Latinoamérica y no vivir de ensueños, maximalismos y de los “laureles” que en el pasado otros pueblos y en otras latitudes conquistaron.

Algunos de los que participaron en la nueva fuerza frontalmente opositora encabezada por Pino Solanas y Claudio Lozano hablan de la construcción de una “nueva izquierda popular para la liberación”. Aparte de la pobre elección realizada que era de prever -lo que demuestra que en el ahora no alcanzaron valiosos aportes en el pasado al peronismo en uno y en el otro ser uno de los referentes de la CTA- en principio opinaríamos que esos dirigentes por su orígenes políticos no estarían de acuerdo con ese “etiquetamiento” público y de lo que si estamos seguros es de que asumir el mismo y con su papel duramente opositor en esta etapa estarían mucho mas alejados de llegar a ser populares de lo que ya están en el presente.

Los núcleos más importantes de la vieja y nueva “izquierda nacional” apoya y participa en diferentes formas y con autonomía del proceso iniciado por Kirchner, apostando a su extensión , profundización y renovación. Los aportes intelectuales e históricos de los que acompañan a Norberto Galasso y de éste son cada vez más reconocidos y estimados, y aquéllos que han priorizado la construcción social y política -como la fuerza principal que constituye Libres del Sur- han crecido en esos dos espacios y obtenido más cargos legislativos y ejecutivos en estos últimos cuatro años que toda esa “izquierda tradicional”. La continuidad de ambos sectores en su apoyo con autonomía al espacio kirchnerista es un aporte estimable en lo inmediato para la renovación y profundización de este proceso y para concretar en el futuro un socialismo nacional y latinoamericano.
La centroizquierda o progresismo.
De la vieja centroizquierda argentina del pasado en sus variantes socialdemócratas y social cristiana -caracterizada mayoritariamente por su acérrimo “gorilismo”- no corresponde ahora hablar. Las que constituyeron el FREPASO liderado por Chacho Alvarez para enfrentar al menemismo tenían mayoritariamente conducciones renovadas y al construir la Alianza con el radicalismo tuvieron como base social principal de apoyo -de ahí su debilidad de origen- a las distintas capas de la clase media . Su participaron en el colosal fracaso de la gestión nacional del gobierno de De la Rua las desprestigió y generó en gran medida la disolución de aquél Frente. Algunos dirigentes y fuerzas del extinto Frepaso participan del espacio kirchnerista, otros son neutrales y algunos opositores frontales y no frontales.

El partido Socialista es el que ha mantenido mas su orgánica y tiene peso político sobre todo por su considerable apoyo electoral en una provincia tan importante como la de Santa Fe que le ha permitido ganar recientemente la gobernación. Pero durante el año 2007 y con relación a la elección presidencial surgieron distintos posicionamientos en sus dirigentes: en los hechos en el presente hay opositores frontales al gobierno, colaboradores con el mismo y algunos todavía no claramente definidos hacia uno u otro sector.
El sector mayoritario del Partido Socialista que decidió la alianza con Carrio y colocar a Giustiniani como vicepresidente en la fórmula presidencial, no ha formulado críticas públicas a las posiciones y discursos cada vez más reaccionarios de Carrió -tanto en lo interno como en lo internacional por todos conocidos-, que la han colocado y con gran generosidad en la evaluación en una clara centroderecha. Como ésta ambiciona convertirse en la principal opositora a la futura gestión de Cristina Kirchner encolumnando detrás de ella además de los sectores medios, a la clase alta y a su derecha política, y a la mas rancia oligarquía, con el objetivo de constituir una “neoUnión Democrática” para las elecciones nacionales del 2011, ya sea por la vía de alianzas partidarias o como producto de ser elegida para disputar en el ballotage contra el kirchnerismo, si este sector del P.S. persiste en su alianza con ella volvería en cierta manera a reproducir su muy reprobable accionar durante más de 30 años a partir del surgimiento del peronismo.
Los dirigentes y fuerzas socialistas que apoyaron a Cristina referenciadas en dirigentes como Rivas, Basteiro y otros tendrán que decidir entre disputar internamente la conducción del P.Socialista o romper orgánicamente manteniendo su identidad e ingresar dentro del frente que por ahora se denomina “Concertación Plural”. Su participación como socialistas naturalmente ampliaría el espacio kirchnerista y sería un aporte estimable para influenciar sobre las capas media baja y media-media de las grandes urbes.

Los sectores del Frepaso de orígenes peronistas y comunistas principalmente que su sumaron inicialmente al espacio kirchnerista ante su convocatoria a la transversalidad, con figuras destacadas como Chacho Alvarez, Ibarra, Sigal y otros, tendrían una doble tarea: buscar recuperar porciones mas importantes de su anterior instalación en las capas medias de las grandes ciudades y hacer un aporte para que figuras como Sabatella, Binner, Juez y similares se incorporen al espacio kirchnerista ante los duros enfrentamientos que va a protagonizar la oposición en el futuro, lo que les hará muy difícil mantenerse en la posición de “neutrales”

Los diferentes procesos que coexisten en la construcción política impulsada por Kirchner.
Este proceso de construcción política que tiene sus propias necesidades y lógicas coincide en el tiempo con las necesidades y lógicas de cumplir con una exitosa gestión de gobierno -de la cual en esta primera etapa depende principalmente el aumento del poder político hasta que éste se consolide porque el pueblo deposita en los liderazgos que surjan su confianza, lealtad y amor, relación ésta esencial que permite absorber sin o mínimos quiebres los sinsabores económicos que el futuro pudiera deparar- , y con las necesidades y lógicas de respetar las normas propias de una institucionalidad democrática que pone límites en tiempo y formas a la ejecución de medidas, límites que no tienen otras formas de ejercer el poder del Estado.

Dentro de este gran marco que establecen estas tres necesidades y lógicas que tenemos que tener en bien en cuenta los dirigentes , cuadros y militantes que no ejercemos funciones de gobierno o que las mismas son secundarias, hay que diferenciar estos procesos que transcurren dentro de esa construcción política:

El de los Kirchner y su “mesa chica” para que la mayoría de los dirigentes con diferentes cargos ejecutivos, legislativos y partidarios, y los activistas y bases del peronismo contenidos dentro del P.Justicialista, vayan en forma creciente por convicción u oportunismo aceptando su conducción y grandes decisiones políticas, tanto en lo institucional como en lo territorial y sindical; luchando en lo interno y saliendo triunfante contra la oposición frontal de dirigentes nacionales como Menem, Rodríguez Saa, Duhalde , etc. y con la más disimulada tipo De La Sota, Romero y otros.
En este proceso lo más importante que se ha concretado es la renovación de la cabeza de la conducción nacional y la aceptación de sus nuevas políticas gubernamentales por un lado y, por el otro de sus políticas internas y de alianzas -éstas con mas dificultades- y ha sido menor lo que se entiende como renovación política: el cambio total o casi total de una dirigencia partidaria y sindical.
El proceso que les lleva a incorporar otros partidos, sectores y figuras de esos partidos, agrupaciones políticas y organizaciones fundamentalmente sociales, mediante los llamados a la transversalidad y a la concertación plural, con sus complicadas y a veces desacertadas decisiones electorales. Proceso éste que requiere ampliarse y consolidarse por las necesidades básicas de la construcción de este nuevo Frente y por las razones políticas y electorales que imponen una oposición más recalcitrante y unida en el futuro inmediato.

El proceso de cada una de las fuerzas políticas integrantes de ese Frente compuestas por no peronistas de diferentes orígenes, identidades y orgánicas políticas y por peronistas que han dejado de pertenecer por diferentes causas y en distintos tiempos al P.J.. Estas fuerzas tienen sus propias orgánicas según su identidad o comparten organizaciones donde se encuentran en mayor o menor grado todas o algunas de esas identidades.

Desarrollan varias acciones, las más comunes a todas son las de ir teniendo más peso político e institucional dentro del nuevo Frente , algunas de ellas priorizando para ello el trabajo de base y la organización popular y, otras, las relaciones con los principales dirigentes de ese Frente y figuras importantes del Ejecutivo Nacional. En general demandando más amplitud y celeridad en lo que cada una de ellas entiende como renovación política -en algunos casos aspiración justificada por su real poder político acumulado y por el objetivo de profundizar el proceso con dirigentes que garanticen por su pasado la concreción del mismo y, en otros no tanto-.

Algunas tienen todavía la tarea de superar internamente a conducciones partidarias opositoras, otras que ya han roto en diferentes tiempos con sus partidos tienen la labor de disputar a éstas las bases de su compartida identidad, y todas la misión de incorporar al espacio kirchnerista a fuerzas, dirigentes y militantes afines o cercanos a cada una de ellas que se encuentran todavía con dudas, que no les permiten sumarse al mismo ni a ninguna organización opositora.

Estas fuerzas de lejana o reciente identidad de centroizquierda o progresismo, radicalismo, izquierda nacional y peronismo no han intentado en general llegar a alianzas o acuerdos duraderos -salvo en algunos casos en coyunturales situaciones electorales- ni aún entre las que tienen la misma identidad. Esta dispersión, esta carencia de unidad, los intentos fracasados de distintos frentes aún en fuerzas que compartieron similares tipos de lucha contra el neoliberalismo en el pasado, resultan llamativas al mantenerse en el presente. Sobre todo cuando la realidad claramente ha demostrado que debilitan en gran manera la mejor y rápida inserción en el seno de la sociedad, las aspiraciones electorales y el protagonismo y peso propio en las grandes decisiones del Frente y del gobierno.
Este notable déficit tiene varias causas, entre ellas la desconfianza por no tener historias compartidas, viejas rencillas, sectarismos que no entienden las necesidades de la etapa, personalismos desmedidos, el creer que el mayor crecimiento propio generará con el tiempo la incorporación de grupos mas pequeños, el pensar que el “cortarse sólos” traerá mayores beneficios, entre otras.
Creemos que debe ser superado lo más rápidamente posible, rescatando lo positivo y negativo de las experiencias de unidad frustradas, estableciendo una mecánica clara de discusión y organización, de formas de superar los desacuerdos coyunturales o tácticos de menor envergadura, de búsqueda de consensos pero cuando en decisiones muy importantes ello no es posible hacer llegar a los militantes las posiciones de mayoría y minoría para que se resuelva en plenarios y, fundamentalmente, cuando el desarrollo concreto de la política de la mayoría va demostrando sus desaciertos, detenerla y replantear la situación.

El nuevo frente nacional y popular o, popular y democrático.
En nuestro breve aporte del 3-11-07, “Las elecciones del 28 octubre y la construcción política del espacio kirchnerista”, entre otras cosas dijimos: “3. Si alguna vez existió en la mesa chica del kirchnerismo la idea de ir generando una nueva fuerza preponderantemente identificada como de “centroizquierda”, la realidad ha demostrado que en la actualidad ello es inalcanzable” (lo ha demostrado el alineamiento electoral opositor de la mayoría de los sectores medios). La verdad que nunca creímos que en la etapa fuera posible ese tipo de construcción en confrontación con un bloque de centroderecha, propia de algunos países europeos y ensueño de algunos politólogos vernáculos.

Cristina en un reciente reportaje ha rechazado la identificación de la propia fuerza como centroizquierda o progresismo, manifestando que es “popular y democrática”, aclarando que dentro de lo popular va implícito lo nacional. Esto merecería un análisis mas detallado que no es el objetivo de esta nota, únicamente reafirmar que desde su nacimiento en el peronismo -a diferencia de otros movimientos nacionales más o menos contemporáneos a él- la soberanía nacional siempre estuvo unida indisolublemente a la justicia social y a la soberanía popular,
y que existieron y existen en los países dependientes fuerzas en el poder del Estado donde el proceso de autonomía nacional coexiste con una gran injusticia social, de acuerdo en gran medida con la hegemonía o dominio de la clase social o burocracia política-militar que lo conduce.

Definida la identificación de la nueva fuerza política que van buscando construir Néstor y Cristina Kirchner, integrada -aparte de los sectores del P.Justicialista que en forma creciente fueron respondiendo a su conducción-, por los diversos componentes que a partir de su gestión de gobierno impulsó primero con la transversalidad a la que sumaron principalmente sectores del extinto FREPASO , organizaciones sociales de desocupados de peso y agrupaciones políticas de diferentes orígenes políticos, y con posterioridad llamó a la Concertación Plural que provocó la aceptación de dirigentes y sectores del radicalismo y del socialismo.

Basados principalmente en el éxito de la recuperación económica con sus consecuencias positivas en múltiples áreas que sería ocioso reiterar y en otros logros de la gestión como las políticas en materia de derechos humanos, de relaciones externas con naciones e instituciones, de renovación de la CSJN, de no represión de las movilizaciones por reivindicaciones sociales y opositoras, entre otros (aunque algunos de estos últimos logros, mas prejuicios de clase y con respecto al peronismo reforzados por los medios de comunicación de masa, provocaron que una parte de los sectores medios beneficiados por ese crecimiento económico se encuentren irracionalmente en el presente encolumnadas tras fuerzas opositoras), no sólo se duplicaron los votos obtenidos en el 2003 en las elecciones del 2005 y el 2007 sino que, además, derrotó ampliamente dentro del PJ a los principales enemigos internos.

Desde ya que la victoria obtenida en las últimas elecciones nacionales de octubre por este nuevo frente nacional y popular con sus escasos cuatro años de construcción es un auténtico logro, pero no ha sido un triunfo aplastante si registramos que la suma de los sufragios obtenidos por las diversas fuerzas opositoras alcanza casi el 55% de los votos. Esto es un peligro para el futuro, ya sea que para el 2011 toda o las partes más poderosas y afines de esa oposición llegue a concretar la difícil tarea de su unidad pese al gran personalismo de sus respectivos referentes, ya sea que alguna de ellas predomine y llegue a alcanzar el ballotage.
La clase alta tiene claro cual es el enemigo verdadero por su potencialidad de cambio y los diversos sectores componentes de nuestra clase media -sobre todo a partir de la enorme crisis del radicalismo y la decepción sufrida con el Frepaso- han agudizado su inconsistencia, la carencia de valores políticos firmes, sus prejuicios de distinto tipo, el desconocimiento de las causas verdaderas porque mejora su bienestar económico como sector social, y su mayor dependencia del discurso emanado de los medios de comunicación de masa (caso extremo las que residen en la Ciudad de Buenos Aires).

No creemos que es hora de conciliaciones con los sectores dirigentes de estos núcleos sociales sino de profundizar las medidas económicas y sociales en beneficio exclusivo o preponderante de los trabajadores asalariados y autónomos, de los desocupados y de los jubilados pertenecientes a esos sectores -que son los que fundamentalmente nos han votado y que se caracterizan por ser los mas leales en el tiempo con los que ejecutan políticas en los hechos realmente populares-; de los artistas, intelectuales y científicos y de la pequeña empresa. Apoyar activamente con recursos económicos medios de comunicación de masa con activa participación de cuadros y militantes, además de funcionarios, para contrarrestar la influencia de los medios clara o solapadamente opositores, como también las formas de comunicación populares territoriales, sindicales y estudiantiles, y potenciar a todos los que intentan una organización popular conciente de sus objetivos, derechos y responsabilidades de la hora y promover y acompañar todas las movilizaciones de apoyo al gobierno y de rechazo a las diversas formas de la oposición política, económica y comunicacional que sean necesarias.

El peronismo revolucionario, la izquierda nacional, el cristianismo de opción por los pobres, el radicalismo “forjista”, el progresismo nacional y popular.
Las agrupaciones, militantes y figuras pertenecientes a estas identidades que se encuentran en el espacio kirchnerista tienen que realizar un inmediato, vigoroso, generoso y amplio proceso de unificación para estar a la altura de la etapa de definiciones y confrontaciones mas fuertes que se avecina. Creemos que en una primera etapa como coordinadora y en el plazo mas breve posible como frente. Desde ya que cada identidad simultáneamente debe superar la dispersión existente en su propio espacio.

Como peronistas revolucionarios creemos que la primera y prioritaria acción de gobierno es la de implementar una política que acelere la distribución de la riqueza a favor de los trabajadores, desocupados y jubilados, porque es obligación de justicia social y de reconocimiento y necesidad electoral ante la realidad de las últimas elecciones. Hay sectores de las clases medias que por ahora y por más que se los beneficie económicamente apoyan a la oposición, esto no significa que no hay que esbozar y aplicar políticas mas amplias que superen lo estrictamente económico para por lo menos incorporar a un sector minoritario de esas clases, poniendo mayor énfasis en la juventud..

De la renovación política y de la mejor distribución de la riqueza habla casi todo el mundo. Creemos firmemente que hay que ponerle un marco mas concreto y singular teniendo en cuenta básicamente dos factores: la distribución que en una etapa histórica un gobierno y los trabajadores fueron capaces de conquistar y que luego por la violencia y la proscripción les fue saqueada y restada, por un lado, y por el otro, que la mayoría de los trabajadores y peronistas ha apoyado a esta construcción impulsada por los Kirchner. Es decir que debemos difundir y movilizarnos para que lo mas antes posible a la finalización del nuevo mandato presidencial se reconquiste la distribución de la riqueza que existió en la Argentina en el período 1946-1955. Nosotros como peronistas revolucionarios tendríamos que unirnos bajo una consigna de este tipo o parecida: unidad para renovar la política a fin de reconquistar esa distribución de la riqueza. Pensamos que los compañeros de las otras identidades con los que buscamos construir esa coordinadora o frente tendrían que discutir y compartir esta línea política.

Dante Rubio,
Agrupación Envar el Kadri – Peronismo Revolucionario.
30 noviembre 2007.

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